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NOUR
nombre árabe que significa luz
Nour es una tragedia contemporánea que narra el camino recorrido por Arezkí en busca de sus orígenes. Al armar el rompecabezas de su historia familiar, comprenderá el hecho fundante de su existencia, un acto abominable.
“No estábamos solos, hombres robustos a los que soñábamos parecernos nos golpeaban la espalda, nos ofrecían cigarros, hasta a veces alcohol y bajo esas formas de complicidad ilusoria, estaba nuestra dicha. A lado de nuestros ídolos, cada metro recorrido nos hacía sentir que pertenecíamos a un mundo invencible.»
–KAOUTAR HARCHI
Arezkí, aquel a quien normalmente no llaman, ha sido criado por Si Larbí, quien se niega a revelarle su origen. ¿Por qué elegir el silencio de no ser para esquivar la culpa, la vergüenza, lo innombrable, el horror?
Arezkí crece en la perfiferia parisina como un ser invisible, con la sensación de ser un usurpador.
En un día de celebración, de regocijo colectivo del que está excluido, Arezkí comete un crimen. En la cárcel, su camino cruza el de Riddah, antiguo amigo de Si Larbí y director del establecimiento, y el de Ryeb, joven guardia cárcel obsesionado con una misión: llevar a Argel las cenizas de su propia madre.
El crimen cometido por Arezkí despierta el recuerdo de otro acto abominable, la violación colectiva de Nour, cometido treinta años antes, en una Argelia colonizada.
NOUR
nombre árabe que significa luz
NOUR se estrenó en el 2019 en el Portón de Sánchez (Buenos Aires, Argentina) con la dirección de Amaya Lainez Le Déan y Clotilde Meeroff, las actuaciones de Andrés Molina, Francisco Bertín, Gonzalo San Millán y Laureano Lozano, y la participación especial de Mirta Busnelli. El entrenamiento coreográfico estuvo a cargo de Alina Marinelli, el diseño de luces a cargo de Paula Fraga y David Seiras, el diseño sonoro y composición musical a cargo de Alejandro Marani y Yamcha Blockhaus, y la gráfica a cargo de Tatiana Mazú.
Partimos de la novela de la franco-marroquí Kaoutar Harchi, “L’ampleur du saccage”, quien a través de cuatro voces masculinas, nos
adentra en los recovecos de la sociedad patriarcal.
Pusimos el foco en un sistema que impone un patrón, una conducta a seguir por el sujeto masculino para ser reconocido por los otros hombres.
«Los cuerpos femeninos son asimilados a la tierra tal como la conciben los regímenes coloniales: objetos para saquear, arrasar, poseer a través de la violencia.»
Estela Castronuovo, Investigadora y docente de la Universidad de Buenos Aires
«Una tragedia sobre los pactos de complicidad patriarcal al mejor estilo de Sófocles.»
Julián Marcel, Periodista La buena memoria, radio éter